ÚLTIMAS PALABRAS DEL P. ALBA

 

      Pocos días antes de morir, el P. Alba pasó en varios momentos unas “noches oscuras” del espíritu, de lo más terrible, que hacían pensar en la Oración del Huerto de Getsemaní del Señor.

      Como estábamos siempre alguien con él, turnándonos de día y de noche, desde que le hicieron la biopsia del tumor, pues perdía el equilibrio y no veía bien, pudimos ser testigos de aquellos ratos impresionantes. Como musitaba palabras, pudimos tomar nota se algunas que se podían entender.

        Cuando le empezaba la angustia se tapaba la cara con la sábana.

     Una vez que estaba yo a su lado me preguntó: “¿ Estás ahí?” Le contesté que sí. Se tapó la cara y empezó su monologo de exclamaciones y preguntas con sollozos intercalados. Yo le quise consolar y le decía que estábamos con él, etc..., pero él seguía como si no oyera nada. El P. Ignacio entró y me dijo que le dejara estar, que si era de Dios no había que decirle nada. Le duró unos 1520 minutos. Después escribí lo que recordaba:

       “¿ Que es esto, Señor mío? ¡ Que angustia, que soledad! Nunca me ha pasado esto. ¿ Porque a mí?...

       Rompe ya ese velo ( recita poesías de San Juan de la Cruz...

       “¿ Cuando te veré?...¡Muéstrame, Señor Tu Rostro!... Estoy buscando tu Rostro y no lo encuentro...” 

      En otro momento quiso ir a la capilla y estuvo delante del Santísimo un rato apoyado en el altar. Él iba en silla de ruedas pues no se podía tener en pie, “tanta era su debilidad”, decía.

     Al volver dijo: “Busco tu Rostro y no lo encuentro... No lo he visto...” ( con voz de lamento)

       En otro momento, mientras le ayudaba a ponerse en pie, me dijo en tono natural: “ ya os he dicho... que he visto su Rostro varias veces”. 

      El día 3/01/02, estábamos Ana Mª y yo. Ana Mª tomó papel y lápiz y apuntó: “¡ Que solo me siento..., qué  oscuridad tan grande (llora). Jesús, méteme en el Corazón de tu Padre (varias veces), méteme en el Corazón de tu Madre”.

          “Es por tu Amor, por la conversión de los pecadores” (esta frase la repitió muchas veces durante sus sufrimientos).

         “Por tu Pasión, por tu Corazón abierto” (llora)

         “Llévame contigo, para que vivir ya”:

         “Ahora mi alma está sosegada. Ya veo tu Rostro” ( con voz normal). Se duerme.

            Otro día posterior, estábamos en la habitación del P: Alba. Se había acostado después de comer y dijo: “Salid todos...Ya me arreglo solo”. Y se tapo la cara con la sábana. Eran las 3 de la tarde y duró unos 20 minutos. Sólo pude tomar nota de:

             “¡Oh, que noche! ¡Qué oscuridad!...Noche luminosa...que luz...,que locura....¿Estása ahí?...¡OH, Jesús! La luz..., de noche...Estoy triste...” ( Entra el P. Turú y le da la bendición) Todo lo dijo entre sollozos de vez en cuando.

            “¡Oh, Señor por la juventud...,por las carmelitas...

             “Satis est”

             “Sí, ya sé como subir... me coges en brazos para subir hacía Ti”

             “Oh, que soledad. Oh, que soledad!...¡Oh!...

             (Cambia de tono ) “¡Oh, Señor! Dejemos esto. Tú lo quieres”.

              Se destapa la cara y pide que le ayudemos a levantarse, como siempre, y nos dice al acudir: ¿ Qué debo hacer ahora ¿ ( Se había hecho un horario) Le levantamos. Su aspecto era totalmente normal y continuó con lo que estaba previsto.

                Isabel Lamarca Abelló.